SALUD. Huele a podrido

“El pulpo delirante”, sección  en la cual  el Dr. Carlos Javier Alzualde, médico psiquiatra egresado de la Universidad Central de Venezuela, ofrece en formato de crónicas, su experiencia profesional al servicio de la salud y el bienestar.

Dr. Carlos Javier Alzualde (*)

Doctor,  vengo a consulta porque el  otorrinolaringólogo me examinó y no consiguió nada, me dijo tienes que ir al psiquiatra: “Estoy desesperado porque  todo me huele a mier..,a podrido,  aunque en mi casa hay una señora que trabaja, vivo solo, y no se ensucia nada, le digo que limpie sobre limpio y ese olor sigue ahí, lo último que he pensado es vender todos los muebles de la casa, porque se me ha metido en la cabeza que en la madera viven las cucarachas; no voy a tener muebles, solo un colchón y unas sillas para comer. Mi familia dice que estoy loco; a veces lo creo, pero huelo,  limpio, limpio, me lavo las manos a cada rato y ese olor sigue ahí…”.

Pedro es un exitoso empresario de 50 años, divorciado con dos hijos, alto, atlético, cuida mucho de su alimentación y  su salud física, corre 8 km todas las mañanas antes de ir a su oficina y  en las tardes dedica al menos una hora de entrenamiento de fuerza en el gimnasio que tiene en casa. Es muy organizado, escrupuloso del orden y perfeccionista, es contador público de profesión, muy hábil en el manejo de las finanzas, pero detesta tratar con clientes, “gracias a mi socio, tengo una empresa próspera, a él le gusta vender, conversar con la gente y compartir en eventos sociales; yo por mi parte los detesto, voy cuando es imprescindible y, a la media hora, invento un dolor de cabeza para irme, no aguanto a la gente…”.

Tiene un segundo matrimonio, pero por acuerdo mutuo viven en la misma urbanización, pero en casas diferentes, comparten las cenas y conviven  los fines de semana.

Pedro presenta un Trastorno Obsesivo Compulsivo, conocido también por sus siglas como TOC. El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), se clasifica como un Trastorno de Ansiedad, manifestado con obsesiones, compulsiones o ambas, que causan perturbación significativa en el área social, laboral y personal.  El TOC suele comenzar en la adolescencia o al principio de la vida adulta, aunque puede iniciarse en la infancia. Afecta al 2 % de la población, se estima que en la actualidad hay más de 100 millones de personas que presentan esta patología; que tiene una prevalencia mayor en hombres que en mujeres en proporción 2:1.

La palabra obsesión proviene del latín obsidere que significa asediar, investir, bloquear, la primera descripción del cuadro que actualmente se define como TOC en la literatura ocurrió en 1875 y fue realizada por el psiquiatra francés Saulle, que la denominó locura de duda, al examinar un grupo de 27 pacientes que presentaban sentimientos de duda y cavilaciones, acompañado de temores y angustias que los llevaban a ejecutar rituales, miedo a tocar ciertos objetos, fobias a animales, y pensamientos suicidas.

En la aparición del TOC están involucrados múltiples factores como la herencia, alteraciones anatómicas y bioquímicas cerebrales, así como estilos educativos familiares con excesivo énfasis en la responsabilidad, el perfeccionismo y normas rígidas de conducta, constituyen el caldo de cultivo para el surgimiento del TOC, el cual puede verse precipitado por la ocurrencia de eventos estresantes y estado de ánimo depresivo.

El Trastorno obsesivo compulsivo (TOC), presenta dos fenómenos nucleares: las obsesiones y las compulsiones.

La obsesión es un conjunto de pensamientos, impulsos o imágenes que son recurrentes y que el sujeto considera intrusos, absurdos y que provocan gran malestar. Las obsesiones más frecuentes son: temor al contagio de enfermedades, limpieza excesiva, necesidad de ordenar las cosas, duda recurrente, fantasías sexuales, impulsos agresivos, acumular y coleccionar objetos sin importar su utilidad.

La compulsión es un acto mental (repetir números, palabras u oraciones) o un comportamiento (lavado de manos, confirmaciones, gesticulaciones) de carácter repetitivo, que el sujeto se ve obligado a realizar como respuesta a una obsesión.

El tratamiento de este trastorno resulta más favorable cuando se diagnostica precozmente, si aparece por primera vez en adultos tiende a la cronicidad, siendo los de mayor dificultad los pacientes con rituales de orden y simetría.

El tratamiento consiste en psicoterapia cognitivo conductual y psicofármacos que aumentan las concentraciones de neurotransmisores como la serotonina y noradrenalina. En el caso de Pedro se ha  beneficiado de ambas herramientas terapéuticas, en la actualidad ha disminuido sus niveles de ansiedad, la frecuencia de lavado de manos, ya   no percibe el olor a mier.., y ha desistido en vender los muebles por los momentos, pero aún continua su preocupación excesiva por la puntualidad, el orden y la limpieza.

(*) Médico Psiquiatra

Psicoterapeuta

Sexólogo Clínico

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